El punto de partida de una harina consistente no está en el molino ni en el laboratorio: empieza en la genética del trigo. En el Webinar de Precosecha 25/26 de Granotec, el Ing. Agr. Mariano Beker, ACA Cabildo (Asociación de Cooperativas Argentinas) desmenuzó por qué el mejoramiento genético es el primer eslabón de una cadena que termina en harinas y productos derivados como panes, fideos y galletitas con calidad estable y rendimiento industrial.

Por qué mejorar: del desafío alimentario a la calidad panadera

La razón de ser del mejoramiento genético es doble: producir más y mejor. Más, porque la demanda de alimentos crece y hay que aumentar oferta sin expandir indefinidamente la frontera agrícola. Mejor, porque sin gluten funcional no hay harina útil para la industria. El objetivo es que cada nueva variedad supere a las existentes en rendimiento, tolerancia a estreses (bióticos y abióticos) y calidad tecnológica.

Cómo se crea variabilidad en una especie autógama

El trigo se autofecunda: si nadie interviene, la genética se mantiene. “La genética hay que fabricarla”, remarcó Beker. El proceso técnico abre espigas y emascula (retira la parte masculina antes de la fecundación) para cruzar parentales seleccionados y generar híbridos. Esa variabilidad es la materia prima del mejoramiento.

Qué madres elegir: tres pilares de selección

Los parentales se definen por rendimiento, tolerancia a estrés (golpes de calor, heladas, enfermedades) y calidad (gluten, fuerza, estabilidad). De esos cruzamientos surgen miles de líneas experimentales que pasan por ensayos comparativos. Las que destacan avanzan; el resto queda en el camino. Cuando una línea demuestra superioridad y estabilidad, viene el escalado de semilla: producir volumen suficiente para ofrecerla al mercado (≈ tres años).

    En la foto: Mariano Beker (ACA Cabildo) en el Webinar Precosecha 2025/26 de Granotec Argentina

    Acelerar sin perder rigor: tecnologías que acortan tiempos

    El cuello de botella del mejoramiento es el tiempo. Hoy, cámaras de crecimiento acelerado (speed breeding) permiten multiplantar “4 estaciones” en un año, ganando generaciones. Otra herramienta son los aploides duplicados, que fijan genomas a partir de un cruzamiento en laboratorio y acortan ciclos (de ~5 años a ~1). La inteligencia artificial ya colabora en priorización de líneas, manejo de datos de campo y predicción de desempeño. Con este andamiaje, equipos como el de ACA Cabildo manejan ~600 cruzamientos anuales, generando una base genética robusta para la siguiente década.

    Quién financia la innovación: el rol de las regalías

    El sistema se sostiene con regalías: cuando un productor utiliza esas semillas, retribuye la propiedad intelectual y habilita que el programa de mejoramiento siga invirtiendo. Es un círculo virtuoso: más innovación mejores variedades más valor para el productor y la industria.

    Genética excelente, manejo excelente: la ecuación completa

    El lote muestra un fenotipo (lo que vemos), que es la interacción entre genética y ambiente, incluido el manejo del productor. Fecha de siembra, nutrición nitrogenada, rotaciones y control sanitario modulan la expresión de los atributos genéticos. La misma variedad, con manejos distintos, entrega calidades de harina diferentes. Por eso, el eslabón genético es condición necesaria, no suficiente.

    ¿Qué significa esto para la molinería y su cadena de valor?

    Para la industria, cada nueva variedad estable y bien manejada se traduce en harinas más predecibles, mejores mezclas y menor variabilidad lote a lote. La genética ajusta la “base”; el manejo afina la “interpretación”; y el control analítico—donde Granotec aporta—conecta el campo con el molino.

    • Para molinos: acceso a datos de calidad por región y campaña, soporte para estrategias de mezcla y estandarización.
    • Para I+D de alimentos: harinas con perfiles reológicos consistentes que facilitan volumen, miga y vida útil en panificados, galletitas y pastas.
    • Para productores: decisión varietal alineada al ambiente y al cliente industrial, maximizando rendimiento sin perder calidad.

    Dónde suma Granotec en esta cadena

    Granotec complementa este primer eslabón con ciencia aplicada a lo largo del ciclo:

    • Precosecha: lectura técnica de campaña para anticipar calidad y orientar decisiones de compra/mezcla.
    • Laboratorio: análisis reológicos y funcionales que traducen genética y manejo en parámetros operativos para el molino.
    • Planta: sistemas enzimáticos y soluciones funcionales que estabilizan procesos, mejoran retención de gas, volumen y migas uniformes, y optimizan mermas y vida útil.
    • Desarrollo conjunto: trabajo con molinos y fabricantes para estandarizar calidad y diferenciar productos (incluye soporte en etiquetas limpias y documentación técnica).

    Cerrar la brecha del campo a la mesa

    El mejoramiento genético de trigo no es un tema abstracto: es la arquitectura de calidad de la que depende la harina que llega al molino y el alimento que llega a la mesa. Con programas que cruzan 600 líneas por año, tecnologías que reducen plazos y un manejo agronómico que potencia la genética, el futuro del trigo argentino es una apuesta a largo plazo. Granotec está para medir, traducir y escalar esa apuesta en resultados concretos para molinos y fabricantes.

    ¿Querés conversar sobre calidad de campaña, mezclas o estandarización? Nuestro equipo técnico puede acompañarte en cada etapa, de la precosecha al producto final.

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